Algunas personas experimentan el Covid-19 como un resfriado leve y otros ni siquiera exhiben síntomas del todo. Después, hay miles de enfermos y muchos mueren.
De acuerdo con un artículo de Bloomberg, científicos están trabajando arduamente para entender la razón subyacente para tan enormes discrepancias en el padecimiento de síntomas y sus desenlaces. Nadie sabe aún la respuesta. Una teoría es que está encerrado profundamente en nuestra genética.
Sabemos que la edad y las condiciones de salud subyacentes, como hipertensión, juegan un rol determinante de cómo la gente enfrenta la enfermedad una vez que contrae el COVID 19. Pero eso únicamente no explica la amplia diversidad de síntomas.
Estudiado la genética del virus y las personas que son más susceptibles al SARS-CoV.2 podría ayudar no sólo a identificar y proteger a las personas con más riesgos, también a acelerar el desarrollo del tratamiento y medicamentos.
“¿Qué es lo que está haciendo que más personas enfermen que otras no tanto?
Hay dos posibilidades principales, dice Kári Stefánsson, titular de “deCODE Genetics”, una subsidiaria islandesa de Amgen Inc. que ha conducido algunos de los más extensos estudios del virus a la fecha.
Una es la secuencia genética del virus en sí mismo. La otra, la genética propia de cada persona que contrae la enfermedad.
Algunos genes de personas pueden simplemente hacerlos más vulnerables a severos padecimientos, mientras que otros genes pueden conferir resistencia. Es generalmente aceptado que nuestros genes juegan un rol en cómo responden a infecciones virales. En un caso extremo, una mutación del gen CCR5, por ejemplo, hace que quienes lo portan sean resistentes al VIH.
Ciertas variantes genéticas, especialmente en genes que influyen en el sistema inmune, parecen predisponer a la gente a hospedar y a otros a contagiarse de la enfermedad. Un estudio de 2017 buscó en 23 infecciones comunes incluidas varicela, herpes y herpes labial y encontraron que genes que parecen estar asociados con muchos de ellos.
Stefánsson y otros científicos sospechan que las variaciones de genética humana pueden jugar un rol similar en gente que sufre de COVID 19.